La ausencia de líquido también significa que no hay tinta directa. Por lo tanto, hay que utilizar un método de impresión diferente al de las impresoras tradicionales.
En primer lugar, la imagen se imprime en un papel de transferencia (la imagen se da la vuelta como un espejo). El archivo debe ser en color. Las tintas utilizadas son los famosos efectos CMYK (cian, magenta, amarillo, negro). A continuación, estos pigmentos se gasifican a alta presión y a una temperatura elevada (de 180°C a 210°C) con la ayuda de una calandra o una prensa adaptada y se impregnan de forma permanente en el medio elegido.